domingo, 24 de agosto de 2008

Lehen Bidaia/Primer Viaje - Iran (castellano)


"Ez du bidaiariak hirira heldu nahi,bide amaigabeen truke emango luke bihotza" (Rikardo Arregi)





Hace un anho, el 20 de septiembre del 2002, dejaba Laos y entraba a China. Me dirigia entonces a Tibet y el tiempo apremiaba, por lo que el paso por la provincia China de Yunnan fue rapido. No habia muchas opciones pero desde entonces he lamentado el poco tiempo que le pude dedicar a este enorme pais. Personalidad fuerte y atractiva, muy diferente a las regiones recorridas hasta entonces, y paisajes de montanha soberbios fue lo que nos ofrecio la provincia de Yunnan. El 10 de octubre atravesaba junto con Cato, un ciclista mexicano de los de pedalear incansable, (5 anhos rodando por el mundo) la frontera con Tibet. Juntos recorrimos la parte mas clandestina e incierta de los 1400 kms. que nos separaban de Lasa, la capital del " Techo del Mundo". Un poco antes de llegar alli nos despedimos, y ya en solitario de nuevo pedalee de Lasa a Katmandu. Tibet ha sido para mi junto con Bolivia (El "Tibet Sudamericano") y las inmensidades de la lejana Patagonia uno de los lugares mas extraordinarios e inolvidables de los recorridos durante estos anhos.

Pocos dias antes de atravesar la frontera con Nepal, desde los 5150 metros de altura de un solitario paso de montanha, Pang La, divisaba por primera vez, hacia el Sur, el monte Everest. "Chomolangma" me decian los tibetanos con los que me cruzaba en los caminos esos dias. Eran las dos de la tarde y aterido de frio hacia un par de fotos apresuradas y construia un pequenho mojon de piedras, uno mas que se anhadia a otros muchos que ya cubrian el collado. El Chomolangma era visible todavia pero las nubes comenzaban a cubrir rapidamente las cumbres. Poco despues, desde mis alturas de pajaro, veia como una neblina oscura avanzaba y cubria tambien la sucesion de colinas, barrancos y valles que debajo de mi se alargaban ,solitarios y profundos, hacia la cordillera. La tormenta los convertia en sombras y siluetas grises y transformaba el Tibet de cielos azules intensos y atmosfera transparente al que yo estaba acostumbrado, en un espectaculo nuevo, inquietante y muy hermoso. Uno de los tantos que durante casi mes y medio Tibet me ofrecio. El monte Everest ya no se veia y mientras descendia hacia los valles me pregunte si habria alguien en esos momentos caminando hacia su cima o regresando de ella.

Al dia siguiente, pedaleando por una pista en la que el unico trafico era alguna que otra de las carretas tibetanas de cuatro ruedas tiradas por caballos, llegue a estar a menos de 25 kms. del campamento base. Pero el tiempo apremiaba de nuevo. Tres dias mas tarde ascendia a Lalung La ,4950 metros, el penultimo de los altos pasos tibetanos en mi camino hacia Nepal y uno de los mas bonitos. Era una tarde fria y radiante, el viento estaba en calma, y me rodeaban magnificos picos nevados que en aquel aire de cristal parecian brotar, asombrosamente nitidos y cercanos, de la estepa vacia. Mi bicicleta, ajena tal vez a tanta belleza, comenzo a dar alli mismo senhales de agotamiento: la llanta (aro) trasera se rompia. Pedi hospedaje en una cooperativa cercana (en un collado a 4800 m.) y los tibetanos me acogieron con amabilidad. Juntos, pegados como lagartijas a uno de los muros del patio, bebimos te y disfrutamos del sol tibio del atardecer. Aquella noche, con la temperatura en el exterior desdendiendo de nuevo a quien sabe que profundidades bajo cero, las paredes desnudas y el colchon del cuarto de huespedes fueron para mi una excepcion calida y confortable a las habituales estrecheces y las finas telas de la tienda de campanha. Al dia siguiente busque en el equipaje. Muchos miles de kms. y algunos anhos antes, en Bolivia y con un problema mecanico similar, un herrero boliviano fabrico una ingeniosa pieza de metal que me permitio entonces llegar hasta La Paz. Aun la conservaba y esa misma pieza me iba a permitir, por segunda vez, continuar camino y llegar (de forma apurada) a Katmandu.



El 19 de noviembre,en Kodari(1770 m.),cruzaba la frontera nepali rodeado de cascadas de agua, calor y una vegetacion densa y exuberante. La vida brotaba de nuevo no solo en el paisaje sino tambien en los pueblos, en las calles, en la gente. ¡La austeridad y el rigor del altiplano tibetano quedaban atras. ¡Tibet remoto, encantado, aislado en las alturas! A veces pienso que recorrerlo en bicicleta debe ser para un ciclista de alforjas lo que la ascension a un 8000 para un montanhero. Duro tambien: hambre y mucho frio (tenia sintomas de congelacion en uno de los dedos del pie) fue el precio que sus dioses exigieron como pago por el privilegio concedido. Estaba contento de estar entrando, por fin, a regiones mas benignas, pero creo que ya, desde ese mismo instante, comenzaba a echar de menos a Tibet.



Tres meses despues llegaba a la India. Con las fronteras cerradas a causa de la epidemia de pneumonia atipica tuve que abandonar mis planes de cruzar de nuevo a China por el Karakorum y recorrer los paises de Asia Central. La invasion de Irak me causaba preocupacion a la hora de trazar otras rutas sobre el mapa. El 16 de junio entraba finalmente a Paquistan. Las malas relaciones con la India solo me permitieron conseguir un visa de transito (10 dias no prorrogables) para este pais, por lo que lo atravese, casi por completo, en tren y autobus. Mis dudas y temores respecto a Paquistan se desvanecieron apenas llegue a Lahore, la primera ciudad paquistani en mi camino. Paquistan y su gente me causaron una excelente impresion (no tanto sus funcionarios de migracion) y lamente lo corto de la estancia.



El 24 de junio estaba en la frontera con Iran y me subia de nuevo a la bicicleta. Llegaba con expectativas altas. Los comentarios que desde hacia mucho tiempo venia escuchando de boca de aquellos que habian visitado la tierras persas eran siempre muy positivos. La hospitalidad y la bienvenida que los iranis ofrecian a los extranjeros eran para mi un hecho ya casi dado, una cualidad legendaria de la que por fin yo tambien iba a ser testigo y de la que iba a poder disfrutar.

Las impresiones de las primeras semanas en el sur de Iran fueron un poco decepcionantes. En realidad no fallo la hospitalidad y algunos de los encuentros con iranis que mas grato recuerdo me han dejado luego tuvieron lugar alli. Pero hubo tambien una actitud que no me esperaba. Un occidental recorriendo en bicicleta regiones a las que, a veces, no muchos extranjeros llegan es un elemento exotico en casi todos los paises y la curiosidad, manifestada de diferentes formas, suele ser la primera reaccion,l a mas comun, a su paso. En algunas zonas del sur de Iran esa curiosidad, tal vez aun mas acuciante por el propio aislamiento del pais y de aquella region, y tal vez a la vez frustrada por las barreras del idioma y la dificultad de encontrar otros codigos para superarlas, no encontraba cauces naturales de expresion (asi lo interprete yo) y se manifestaba, en ocasiones, en actitudes de burla. Recuerdo parejas o trios de muchachos jovenes que se acercaban en una motocicleta y parecian tomarme como objeto de diversion desde el momento en que quedaba claro que no entendia ni podia responder a sus preguntas. No habia agresividad sino un comportamiento inesperado (no me habia sucedido antes) y desagradable. Normalmente se alejaban cuando (enojado) les pedia que asi lo hicieran y luego, a medida que fui avanzando hacia el norte, desaparecieron casi por completo este tipo de juegos.



Llegando de la India, con su caos vital y exotico, y de un Paquistan de latido mas tradicional, muchas cosas sorprenden los primeros dias en Iran: su apariencia ordenada, las buenas carreteras, las ciudades con semaforos, jardines cuidados y fuentes, el numero de vehiculos particulares, el aire de relativa prosperidad. Llegando del Este, como decia, el contraste es grande, aunque luego me fui dando cuenta de que habia muchas sombras en esta primera imagen y de que la percepcion de los iranis sobre, por ejemplo, la situacion economica propia y del pais era a menudo pesimista y desesperanzada.

Otra imagen impresiona fuertemente desde el momento que se llega a una ciudad irani. Es probablemente una de las imagenes que mas se asocian con este pais y una de las que mas se han resaltado en Occidente: la de las mujeres envueltas en el "chador" negro, la capa que las envuelve de pies a cabeza dejando solo al descubierto rostro y manos. La ley irani obliga a las mujeres (tambien a las extranjeras) a vestir de forma "modesta", lo que significa usar el velo sobre la cabeza (no sobre la cara) y cubrirse no revelando las formas del cuerpo. Hay una alternativa mas "liberal" al chador que consiste en dos piezas de vestido, normalmente un pantalon y una blusa o chaqueta larga y holgada. En las ciudades muchas mujeres optan por esta segunda posibilidad y algunas parecen aprovechar hasta el ultimo de los resquicios que ofrecen los aires menos rigurosos de los ultimos anhos: el velo termina por ensenhar mas de lo que esconde, las blusas se cinhen, el cuello se descubre y hasta aparecen ligerisimos escotes.El vestir modesto se revela ahora claramente como una censura impuesta a la que se intenta sortear forzando al maximo lo limites de lo permitido. No parece haber obligaciones especificas en cuanto a la forma de vestir de los hombre (prohibido ensenhar los pelos de las piernas excepto cuando se practican deportes.Yo pedalee por todo el pais en pantalon corto sin mayores problemas) y la gran mayoria lo hacen -a diferencia de los paquistanis- a la manera occidental.



Iran en el "Eje del Mal": es una Republica Islamica, odia a occidente y a los occidentales, oprime a su propia gente , y manhana puede tener una bomba escondida en el bolsillo con la que convertirnos en ceniza antes de tiempo. Asi lo cuenta la Autoridad y puede que esta sea la unica imagen que muchos reciban sobre Iran. Si no me equivoco se le mira con una dosis de recelo y suspicacia tambien entre aquellos que tienen la rebelde y sana costumbre de dudar, en especial de versiones y razones oficiales: un pais poblado, comprensiblemente, por hostiles musulmanes.
Cuando en la ciudad paquistani de Quetta dos jovenes afganos me invitaron a tomar te en la tienda que uno de ellos regentaba, me sente junto a ellos pensando que por fin iba a tener la oportunidad de conocer de cerca a dos de estas extraordinarias criaturas. Los Afganos. Los heroicos guerreros mujaidines que atrincherados en sus montanhas resistieron y derrotaron al poderoso ejercito invasor ruso. O los fanaticos y medievales talibanes que arrojaban acido al rostro de sus mujeres y derribaban a canhonazos antiquisimas imagenes de Buda. ¿Mentira? Probablemente no. Pero entre el heroe y el villano , ¿cuantas otras partes de la verdad, necesarias para acercarnos a la imagen real, no conocemos y apenas nunca se nos cuentan?. El caso es que yo estaba sentado junto a un tecnico en informatica, delgado, serio y de porte casi distinguido, y su amigo comerciante, mas mundano y vivaraz. Me trataron con atencion y cortesia, y entre taza y taza de te les pregunte por la vida en Paquistan y como habian llegado ellos alli; ellos se interesaron por la situacion economica en mi pais, hicimos algun comentario sobre futbol y hablamos todavia de mas temas que ya no recuerdo. No llevaban bazokas bajo el brazo, ni parecian tener escondido un Coran con el que darme de garrotazos al primer descuido. Entre su historia personal y la mia, entre sus origenes, su tradicion, su educacion y la mia han de existir dos mundos. Dos mundos tan diferentes que a veces apenas se intuyen. Y, sin embargo, hay tendidos tambien solidos puentes. Puede ser que, si tenemos la ocasion, comprobemos que atravesarlos no era tan dificil. Y puede ser que el paisaje a ambos lados nos resulte, al final, muy similar: las mismas expectativas, los mismos deseos, los mismos miedos y esperanzas pintados con colores diferentes en cuadros separados.



Los iranis no son diferentes. Yo diria que, probablemente, estan aun mas cercanos a nosotros que los afganos. Iran es un pais relativamente moderno, la poblacion universitaria es alta. Tienen sus particularidades. Por ejemplo, una cortesia fina y honesta en el trato, construida con gestos antiguos y codigos a los que el visitante, seguramente, no va a estar acostumbrado. O la hospitalidad. O un cierto grado de inocencia. No existe hostilidad, en absoluto, hacia el occidental. Si algo van a intentar es demostrar al extranjero que estan felices de recibirlo y agasajarlo. Cuando uno tiene la suerte de encontrarse con la amabilidad persa siente el privilegio de ser transeunte y huesped en tierra ajena. Aun mas. Creo que son estas senhales profundas y autenticas de Civilizacion (con mayuscula). Puede que doblemente meritorio mostrar interes, respeto y consideracion hacia el visitante, puesto que sospecho que tambien ellos reciben, por diferentes canales, una informacion fragmentada, deformada y llena de estereotipos sobre nosotros (existe una excepcion a todo esto y para mi importante: el comportamiento en la carretera. Los iranis me mantuvieron en vilo, estresado y escupiendo juramentos pocos amables muchas de las muchas horas que pase sobre el asfalto. Perdian ante mis ojos, en esos momentos, todos los merecidos puntos positivos que ganaban en otras situaciones. Me pregunto como hemos convertido en simbolo de progreso y civilizacion (con minuscula) un artefacto que parece convocar lo mas agresivo e irresponsable de nosotros mismos. Conducir en Iran exige extremar al maximo las precauciones, templar los nervios, y hechar mano de nuestras reservas de confianza en El Buen Destino -o en su defecto, si uno es creyente, encomendarse a la proteccion Divina, unica precaucion que al parecer toman los conductores iranis- . Ser peaton no es mucho mejor. Cruzar la calle en el centro de una ciudad de Iran es una actividad de alto riesgo. Son peligros que no hay que subestimar. Por lo demas el pais es muy seguro).



Uno recibe sensaciones y se queda, a veces, con impresiones generales de un determinado lugar o pais. En ocasiones esas impresiones las dan hechos concretos. Otras veces cuesta definir el porque, es como una neblina que flota y termina por empapar los sentidos del que la atraviesa. Y las imagenes ahi quedaron, al final: Laos es un pais sereno, Camboya territorio triste, Australia se asemeja a una enorme habitacion cerrada, en Montevideo se respira melancolia, Brasil vive para si mismo y es la excepcion Latinoamericana: aun conserva el optimismo, Mexico -pais maravilloso- no encuentra la paz... (asi lo vieron los ojos y asi se lo contaron al corazon.O viceversa). ¿Iran? Iran vive infeliz. Los iranis no estan contentos. Las quejas que he escuchado han sido muchas, repetidas y han venido de sectores diferentes: mala situacion economica, drogas, grandes desigualdades sociales, falta de libertad, segregacion entre sexos... han sido las mas comunes.

En una ciudad del sur un hombre se me acerco en una bicicleta. Se presento como fotografo y rapidamente, algo nervioso, me dijo lo que habia venido a decirme: " Nuestra gente esta triste y deprimida. Nuesros lideres son malos. La Revolucion (islamica) estuvo bien pero ahora necesitamos otra revolucion". Podria ser el resumen de un sentimiento que, quizas, este bastante extendido. Despues de que el fotografo se despidiera espere junto a la acera en el centro de aquella ciudad. El duenho de una tienda de muebles cercana hacia, mientras tanto, algunas llamadas telefonicas, intentando encontrarme un hotel barato. Y sentado alli, mirando a mi alrededor, vi a las mujeres pasar, serias, envueltas en sus tunicas negras, con sus rostros y manos de cera; y vi a los hombres, que evitaban mirarme de frente, caminar rapidos y silenciosos, y por unos momentos tuve la fuerte sensacion de que era asi realmente, que el fotografo tenia razon, y que aquellos que cruzaban frente a mi eran personajes abatidos, actores cautivos y amordazados obligados a vivir en una pelicula triste en blanco y negro. Despues las cosas mejoraron mucho. Me di cuenta de que los hombres y las mujeres iranis tambien sonreian. En otras ciudades el ambiente se volvio mucho mas vital y dinamico. Pero sin embargo la sensacion general no se altero del todo. No diria que Iran es una imagen en blanco y negro, pero si que los colores llegan opacos y sin intensidad, y los sonidos amortiguados.



Hay tres figuras enturbantadas y barbudas que a uno le observan por todo Iran: estan, gigantes, en las fachadas de los edificios, en las paredes de los restaurantes, en los muros de las calles. El centro de ellas es, invariablemente, un personaje de mirada cenhuda y aspecto de padre severo y protector: el difunto ayatollah Jomeini, padre de la Revolucion Islamica. Junto a el aparece su sucesor en el puesto de director espiritual del pais (concepto amplio), el poderoso Jameneí (con acento en la i ); y en menos ocasiones, pero tambien a menudo, esta,f inalmente, el presidente de Iran, el reformista Jatami. Jatami fue elegido en votacion popular por amplia mayoria. El era la esperanza de unos cambios que, segun dicen, no han llegado, o si lo han hecho ha sido de una forma mas lenta y menos profunda de la esperada. Dicen tambien que tiene las manos atadas por la cupula religiosa conservadora. De los tres mullahs que nos miran resulta, a primera vista, el mas simpatico, con su aspecto de tranquilo y amable profesor universitario (de teologia, seguramente).

El difunto Jomeini fue, al parecer, una figura popular y querida. Su recambio, Jameneí (con acento en la i ), no parece haber heredado el carisma y el tiron de su maestro. Yo le miraba en las calles, intentando robarle a aquella imagen congelada un significado, pero no lo conseguia. No me decia mucho, no me daba pistas, aquel rostro, detras de sus enormes gafas, era un misterio para mi. Hasta que un dia lo vi en la television, grave e investido de autoridad en un estrado, de pie ante una masa de fieles que al parecer lo aclamaban. Y entonces recorde lo que alguien, al que conoci brevemente, me dijo un dia. Estabamos sentados despues de cenar sobre las alfombras de una habitacion amplia y modesta. Me estaba mostrando en video actuaciones grabadas de cantantes y artistas iranis que viven en el exilio en Los Angeles (vi estos videos en muchas casa). Guardaba tambien, como pequenhos tesoros, copias de series de television norteamericanas ya muy pasadas de moda. Este amigo se levanto y descolgo de la pared una foto del viejo Jomeini y senhalandole me dijo: "El era un buen hombre. Pero su sucesor es Hitler. Dias antes, en un pequenho puesto de control de la amable policia de carretera, un joven recluta, con su fusil al hombro y en frente de su superior, no desaprovecho la ocasion de darme tambien el su opinion. No hablaba una palabra de ingles, pero con una mimica muy expresiva (y algo cabreada) dibujo la figura de un mullah en el aire, su turbante y sus barbas, y a continuacion, de una patada nada amable, la arrojo hacia el cubo de la basura. Esa impresion me queda sobre la situacion politica del pais: la de que muchos iranis estan hartos de los clerigos que les gobiernan la vida.



No he tenido paisajes muy expectaculares en mi recorrido por Iran. Al sur atravese algunos desiertos; fueron los dias de temperaturas mas altas. Luego he recorrido zonas montanhosas, normalmente desprovistas de vegetacion. Parches de verdor, algunos bosques de encinas tambien ha habido. He visto a los nomadas acampados en sus tiendas, y en el centro norte del pais recorri por pequenhas carreteras una region muy agreste y poco poblada. Desde lo alto de los collados que cruzaban aquellas sierras contemple alguno de esos paisajes que parecen tocar una tecla especial dentro de mi: espacios abiertos e infinitos, magnificas inmensidades que solo el horizonte limita.



Hay una ciudad en Iran cuya sola visita justificaria ya, para mi, el viaje a este pais: Isfahan. Su enorme plaza central, al anochecer, con las esplendidas mezquitas azules, el palacio, los jardines y fuentes iluminadas, evoca el ensuenho de Oriente como pocos lugares de Asia lo pueden hacer. Es una plaza viva. Los iranis inundan al atardecer su jardines para celebrar, en el corazon de esta ciudad de millon y medio de habitantes, su rito mas querido y sagrado: ir de picnic en familia. Sin estridencias se extienden las alfombras, se destapan tarteras, se encienden hornillos, humea el te. Y todo este afan dominguero (en realidad todos los dias de la semana) no desentona en absoluto ni resta belleza al escenario de cuento en que se realiza. Al contrario. Toda la plaza se llena ahora y respira un aire de acogedora intimidad, de hogar compartido, de sosiego y regugio. La familia, cupulas y minaretes, penumbra: pedazos del alma persa. No hay sombras. Iran brilla en esta hora con total intensidad y armonia.



Entre a Turquia el 16 de agosto. He atravesado el Kurdistan turco, el centro del pais por la Capadoccia y los ultimos dias he pedaleado pegado a la costa del Mar Negro. En general hay mas dinamismo, y mas de ese ambiente que identificamos con actividad y prosperidad economica en Turquia que en Iran. Hay menos inocencia tambien.
Los turcos definitivamente no entienden porque viajo en bicicleta y no en automovil, o al menos en moto (teniendo como ellos suponen las posibilidades para hacerlo asi). Los comentarios al respecto han sido mas repetidos e insistentes que en otros lugares, y me queda la impresion de que tener un motor -cuanto mas grande mejor- es algo muy importante en este pais. He andado, por otra parte, mas tranquilo en sus carreteras que en las de Iran (a pesar de un accidente).
Con menos frecuencia que en Iran, pero la pregunta respecto a mi estado civil se ha seguido repitiendo. En Iran, ante la inevitable cuestion, opte por una respuesta hibrida: decia que no estaba casado pero a continuacion anhadia con total seriedad (para lo que me habia aprendido la correspondiente frase en Farsi) que estaba comprometido y que al anho que viene, sin falta, cumplia los deberes y me casaba. Fueron las primeras senhales de debilidad. En Turquia he simplificado el procedimiento, no me he aprendido ninguna frase y me he rendido por completo: digo que Si estoy casado y ,rapidamente, paso a hablar de futbol, de Nihat y de la Real Sociedad (¿quien es Kobasebitx?).

El tiempo en el mes de septiembre ha sido bueno, aunque ha refrescado y han aparecido las primeras lluvias. Estoy ahora en la parte europea de Estanbul, al otro lado del estrecho del Bosforo. Manhana o pasado manhana continuo camino y me interno en Europa. Tal vez elija una ruta que atraviese Bulgaria, Rumania y Hungria. Mi meta es Francia y mi plan dejar alli la bicicleta, abrir un parentesis e ir a casa de visita (primera en mas de 6 anhos) estas Navidades. Vuelvo, como he dicho, sin bici ya que no quiero cerrar aun el circulo. El anho que viene me gustaria continuar este sorprendente y misterioso viaje, y pedalear sin prisas por Europa. In Shala. Asi es. El futuro es como siempre (como el presente) una sutil, ingravida, gentil e impredecible burbuja en el aire y habra que ver como respondo primero a la conmocion que sin duda va a suponer el reencuentro con mi gente (acontecimiento que espero con creciente impaciencia e ilusion, -y un ligero temblor de rodillas-) y el regreso a Vitoria-Gasteiz, lugar del que parti hace lo que ahora parece ser una eternidad. Salud.Un fuerte abrazo a tod@s.
Txentxo (Lorenzo,Lontxo) Istanbul, 3 de octubre del 2003, Km. nº 68000 de esta larga carretera

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